Orígenes vs. actualidad
En sus orígenes en la época victoriana en Reino Unido, la profesión era famosa por emplear niños. Dada su estatura, eran suficientemente delgados para deslizarse dentro de las chimeneas para limpiarlas por dentro. Muchos de ellos morían a pronta edad, era un trabajo sucio y arriesgado. Sus patrones eran conocidos como explotadores.
Como peculiaridad, tanto en Alemania o Gran Bretaña si ves a un deshollinador es augurio de muerte.
En 1875 George Brewester de 12 años murió a causa de esta práctica inhumana y acabó parte de esa explotación infantil practicada durante décadas.
En alusión al film Mary Poppins, no muestra para nada la realidad y endulza esta práctica tan atroz y cruel sobre los niños de aquella época. En la actualidad, nada de eso forma parte de esta profesión, oficio tan digno y necesario para la sociedad.
Resaltar la importancia de este trabajo sobre todo en los países más al norte te Europa, debido a las condiciones climatológicas esta figura era indispensable y muy valorada por sus habitantes. El dehollinador era el encargado de su bienestar, limpiaba y arreglaba las fisuras en las instalaciones de las chimeneas. Su indumentaria era y es muy especial a la vez que elegante: sombrero de copa y una levita o casaca con botones dorados y un cinturón con su hebilla, también dorada.
Los primeros deshollinados, se hacían desde los tejados con unas pértigas y cepillos o cuerdas con un peso y unas pesas.
En la actualidad, los trabajos han evolucionado y las prácticas se hacen desde el interior de los hogares, evitando riesgos y asegurando un trabajo fino y profesional.
Con la utilización de nuevos medios, cámaras de TV, pértigas flexibles y complementos mucho más eficaces que los del pasado. El oficio de deshollinador ha sufrido una buena transformación, sin perder esa magia y esa parte humana que los caracteriza.